Ya son varios los días sin salir a la calle confinados en nuestros domicilios. Días en los que hemos vivido todo tipo de circunstancias y vicisitudes.
Debemos de intentar reinventarnos. Realizando cosas diferentes es donde va a radicar el éxito para llevar a buen puerto el buque que han puesto en nuestras manos hace unas semanas.
Claro que yo también estoy preocupado. Preocupado por ver cómo los chavales que trato se escapan de sus domicilios porque la adicción les conduce a ello. Sus familias están verdaderamente asustadas y atemorizadas. En este escenario me estoy moviendo. El contacto humano es vital en mi profesión, pero he aprendido que una llamada telefónica o una videoconferencia suplen esa carencia y les puedo ayudar de igual manera.
Ante todo, no debemos desesperarnos, impacientarnos o irritarnos. Eso nos conducirá por un camino tortuoso, sinuoso y torcido. Busquemos el lado positivo de esta nueva situación. Apóyate en tus hijos, en tus amigos, en tu familia. De una manera diferente pero igual de satisfactoria, para ello las nuevas tecnologías nos dan un plus de cercanía y proximidad. Disfrutemos de las pequeñas cosas a las que antes no dábamos importancia e incluso despreciábamos. Cuidemos los pequeños detalles, esas cosas que aún sin salir de casa nos harán crecer como personas.
La situación es tendente a que surjan problemas de convivencia que no hay que dejar que se desarrollen y acrecienten. Pensemos en que ésta es una situación transitoria y pasajera y que, si todos nos comportamos con civismo y educación, pasará antes de lo que podamos creer.
Los conflictos de cohabitación tienen solución si te pones en manos de un profesional que los sepa entender y afrontar.
Como Mediador Familiar te tiendo mi mano.