HASTA LOS COJONES DE LOS GURÚS
22 diciembre, 2020
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De un tiempo a esta parte cientos, miles de padres, de maestros y de coaches vienen sosteniendo que para educar a tu hijo sería aconsejable hacerlo desde una posición de iguales, dialogar constantemente, dejarles a su aire, que sean ellos los que desde una posición que no les corresponde, dirijan los destinos del núcleo familiar. Esta ceguera, donde no existen los límites y la tolerancia se convierte en el buque insignia de la educación, es donde poco a poco se van cimentando futuros jóvenes exaltados, carentes de la más mínima responsabilidad y culpando a todo su entorno de los males, que a su juicio les aquejan.
La casa no es un ensoñamiento o un paraíso. No, el domicilio familiar debe de ser un lugar de convivencia donde el papel de cada uno de sus integrantes tengan perfectamente claro cuál es la función a desempeñar, y el de los padres es el de educar y acotar aquellas conductas que sean inadecuadas o impropias de su hijo.
He conocido progenitores que me han comentado que no podían con su crio, ¿sabéis que edad tenía este?, tres añitos.
Vosotros sois los que debéis de tomar todas las decisiones encaminadas a resolver cuántas cuestiones os planteen, pero teniendo siempre presente que sois la autoridad que rige el destino de la familia. De lo contrario, como dice el Juez de Menores de Granada Emilio Calatayud, estáis creando pequeños delincuentes.
Así que, a acompañar a vuestros vástagos en ese arduo camino y si queréis convertiros en unos happy flowers de la educación, siempre os quedará el Tíbet, pero no jodáis a vuestros hijos.
Consultadme y os daré las claves para poner cordura y sensatez en vuestra vida familiar.