AQUÍ SE ARREGLA TODO A HOSTIAS
16 enero, 2021
0

Datos y cifras

  • La violencia juvenil encarece enormemente los costes de los servicios sanitarios, sociales y judiciales; reduce la productividad y devalúa los bienes.
  • Cada año se cometen en todo el mundo 200 000 homicidios entre jóvenes de 10 a 29 años, lo que supone un 43% del total mundial anual de homicidios.
  • El homicidio es la cuarta causa de muerte en el grupo de 10 a 29 años de edad, y el 83% de estas víctimas son del sexo masculino.
  • Por cada joven asesinado, muchos otros sufren lesiones que requieren tratamiento hospitalario.
  • Según un estudio, entre un 3% y un 24% de las mujeres declaran que su primera experiencia sexual fue forzada.
  • Cuando las lesiones no son mortales, la violencia juvenil tiene repercusiones graves, que a menudo perduran toda la vida, en el funcionamiento físico, psicológico y social de una persona.

Fuente: Organización Mundial de la Salud

 Hace unos días un joven autista de 16 años es brutalmente agredido por un grupo de chavales entre los que había chicos y chicas. Le robaron el móvil y una cadena.

Adolescentes que hacen quedadas para pelearse. Agresiones a profesores. Agresiones a los que consideran inferiores o simplemente desiguales. Agresiones a los padres. Agresiones, agresiones, agresiones……

El modelo de sociedad que tenemos es un factor determinante y concluyente que explica toda esta violencia desatada por algunos jóvenes y que, en ocasiones, se convierten en acometidas extremadamente crispadas.

 Las escuelas tienen y deben de cumplir un papel fundamental en la inculcación de valores tales como el respeto y la tolerancia. Hay que enseñar, pero también aportar ideas y programas encaminados a paliar en la medida de lo posible este tipo de lacra que anega a una parte importante de estos muchachos.

Los padres no están exentos ni mucho menos de esta problemática, ni pueden, ni deben de sustraerse a las obligaciones que como tutores les corresponde. Las peleas en las actividades y competiciones deportivas son un ejemplo de ello. Las amenazas en sus domicilios de ir a ajustarle las cuentas al maestro de su hijo por haber cometido una infracción no hacen mas que añadir más combustible al fuego.

El consumo de alcohol y otro tipo de sustancias agravan este dificultoso asunto. Bajo los efectos de las drogas las consecuencias de una refriega o agresión es altamente arriesgada, temeraria e imprudente, dado que el descontrol puede ser total y absoluto.

Los gurús de la educación; los que hablan de negociar todo lo que ocurre en la familia con los más jóvenes; los que patrocinan charlas y coloquios basados en el desconocimiento, la inconsistencia y la torpeza; los que gritan a los cuatro vientos que la adolescencia debe de ser tratada como un momento ideal para que los progenitores se conviertan en amigos o colegas de sus hijos, contribuyen negativamente a la resolución de la temática que estoy tratando.

Una vez más es mi deber aseverar que si no se cuidan los pequeños detalles desde que los chavales son muy pequeños, estaremos abocados a una sociedad peor, más injusta y cargada de violencia.

Por último, mucho ánimo y energía a todos aquellos padres que están entregándose en cuerpo y alma a la educación de sus hijos, alejados de hipótesis más propias de conceptos tibetanos que de la más pura y, en ocasiones, dolorosa realidad.

 No estáis sól@s.

 

 

 

 

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies