Hace unos días he visto como un padre liaba un porro en presencia de sus dos hijas de entre 4 y 6 años.
No hace mucho unos críos jugaban con su padre al fútbol en una acera de un edificio plagada de carteles en los que se leía “Prohibido jugar a la pelota”.
Éstos no son mas que dos ejemplos de los mensajes que algunos padres transmiten a sus hijos y que conformarán entre otras cosas un adulto maleducado e incívico y con hábitos de salud totalmente nocivos.
Es muy importante desde la más temprana edad cuidar los pequeños detalles con nuestros vástagos y corregir aquellas actitudes negativas para que en el futuro no nos lamentemos viviendo situaciones que, yo por desgracia observo diariamente.
Como decía Platón “Dos excesos deben evitarse en la educación de la juventud; demasiada severidad, y demasiada dulzura”. Ahí radica el éxito, en encontrar el equilibrio.
Seamos un buen ejemplo para nuestros hijos.